15 de septiembre de 2013

Símbolos 1: estadística

Las grandes mentes hablan sobre ideas.
Las mentes normales hablan sobre acontecimientos.
Las mentes pequeñas hablan sobre personas.

Dijo Eleanor Roosevelt...

...claramente hablando de personas.


No, creo que, si acaso nos atreviéramos a algo tan ridículo como definir la grandeza, deberíamos centrarnos en la capacidad de alejarse para ver un contexto. El scope, the big picture. La imagen completa.

Un caso fascinante sobre cortos de miras: el del hielo del ártico. Esta se puso tal cual en el Daily Mail:


El periódico se apresuró a decir que el calentamiento global es una infamia, porque había crecido un 60% respecto al año anterior. Y los científicos se apresuraron a su vez a decir que no, ojo, que el hecho de que haya crecido respecto al año pasado no quiere decir nada.

¿Y por qué no quiere decir nada? Porque cualquiera que haya dibujado un gráfico en su vida basado en mediciones reales sabe que no todas son exactas. La cosa fluye.


(gráfico inventado)


El año pasado fue el peor para el Polo Norte en toda la historia. Afortunadamente, no todos los años son el peor para el Polo Norte de toda la historia. Si "sólo" lo es uno de cada tres, la gente puede argumentar durante los otros años que la cosa va a mejor. Y sólo mentirían un poco.

Lo mismo pasa con el paro, con la bolsa o con el precio del pan: la gente puede argumentar que algo va bien o mal según vea una tendencia más o menos prolongada.

Medir los datos es una ciencia, saber interpretar cada dato en particular como parte de una tendencia o ruptura con lo anterior es otra ciencia muy distinta, y diría yo que, en muchos casos, una pseudociencia.

¿Y por qué?

Porque para entender la evolución de una circunstancia hay que pensar.

Me fascina cómo la política de derechas, que en su esencia me parece totalmente legítima, se convierte en algo ridículo cada vez que se ha puesto en práctica. "Si algo ha funcionado hasta ahora, por qué cambiarlo", viene a ser su esencia. Pero luego se identifica lo que funciona en símbolos como el petróleo, el ejército, la frontera, Dios, Franco... depende del país. Y en todos ellos, cualquier posición que ponga en duda determinadas bases establecidas sufre los ataques de la derecha.

La derecha, en la práctica, en lugar de estudiar una tendencia con una perspectiva amplia, lo que hace es centrarse en ataques al cambio inmediato, como ha ocurrido con esa negación absoluta del calentamiento global por los datos incompletos de este año, y como hace en todo lo demás.

Ese modo obtuso de ver la realidad me vuelve de izquierdas automáticamente. Que también tiene sus problemas, claro. Pero es curioso, porque si bien creo que soy más de izquierdas en cuanto a política, soy conservador en muchas otras cosas.

Como en la moda. Pero de eso hablaremos otro día. (continuará)