30 de noviembre de 2006

Es un honor

Cuando haces algo que a los demás les gusta, es una satisfacción. Cuando haces algo que a los demás les gusta tanto que lo fomentan, es todo un honor.

Hace unos días me pidieron en los comentarios del blog que explicara cómo he hecho Wikiaventura para intentar repetir un par de características en otro wiki. ¡Mucha suerte!

Hace casi un año publiqué un script para After Effects que hacía rotoscopias automáticas salvando cientos de horas de trabajo en muchos casos, dólares en plugins en otros. Hoy me ha dado por curiosear buscando el nombre del script en google y me he encontrado con una repercusión inesperada en idiomas inesperados.

Me alegra que guste, pero me fascina que alguien se haya tomado la molestia de crear un tutorial con capturas y en castellano explicando cómo utilizarlo. PDF y DOC

Mil gracias, Chiconet de Santo Domingo, por tu esfuerzo.

18 de noviembre de 2006

Repercusiones

Soy consciente de lo cuidadoso que se tiene que ser al hablar de estos asuntos y tampoco es un contexto normal en mi blog, pero acabo de realizar una asociación en mi cabeza que me ha preocupado bastante.

Por lo general, creo que la Asociación de Víctimas del Terrorismo tiene como objetivo dejar de existir. No hablo de que se desintegre, ni de que se disuelva. Hablo de que deje de ser una voz. Respeto la situación de todos y cada uno de sus miembros, que eso quede claro. Pero me parecen un impedimento para un avance. La sociedad actualmente se está enfrentando a una minoría irracional a base de dialogar con etarras. Los que conocen mi blog ya saben lo que pienso sobre las minorías irracionales que corrompen las libertades aunque, insisto, no es éste un tema intrínseco de este blog.

Pero hoy me he dado cuenta de algo: Imaginemos a unos soldados israelíes entrando fuertemente armados a la casa de un terrorista palestino al que acribillan a balazos delante de sus ocho hijos. Todos pensamos que alguien comete el error de ganarse ocho enemigos en lugar de destruir uno. Nada podrá evitar que esos niños crezcan con odio puro corriendo por sus venas.

Hoy comprendido que la AVT es un producto colateral de ETA, con el que seguramente no contaban. A medida que han ido acumulando centenares de muertos, se han ido ganando centenares de familias enemigas. No quiero decir que la sociedad no sea per se enemiga del terrorismo, sino que me refiero a que cada una de sus bombas tiene una inesperada onda expansiva de odio más allá del odio racional y evidente que tiene la sociedad ante un atentado.

Claro, el tiempo ha ido pasando y cada vez los heridos, secuestrados y muertos han ido siendo más. Y hoy, la asociación de víctimas se ha convertido en un lobby poderoso que no busca la paz. Busca la victoria. Como Irak. Tenía que pasar. Tenían que crecer si ellos no dejaban de matar.

Antes había dos bandos: Sociedad y ETA. Hoy, hay tres: Sociedad, ETA y Víctimas de ETA. Y las víctimas son exactamente igual de irracionales que los etarras. Puede que llegue el día que a ETA le parezca necesario parar de verdad y no les deje la oposición que se ha creado por su culpa. Si hoy no alcanzásemos un cese definitivo del terrorismo y ETA siguiera matando, llegaría un tiempo en que las víctimas y sus descendientes, cargados del odio más irracional y justificado que existe en el alma humana les superasen en número. Y eso sí que supondría un verdadero conflicto armado.

2 de noviembre de 2006

Bill Atkinson

Bill Atkinson fue programador de Apple cuando la compañía tuvo una cadena de aciertos. Bill fue responsable de gran parte de ellos.

Fue uno de los principales programadores del sistema de ventanas que aportaron tantas nuevas ideas al mundo de la informática. Mientras estaba dedicado a varias tareas, de manera intermitente fue trabajando en un programa de dibujo que se llamó MacPaint.

Echar un vistazo a MacPaint si sólo se conoce Photoshop resulta sorprendente. Hace falta pensar un buen rato para darse cuenta de qué diferencias reales hay entre los dos programas, obviando el hecho de que MacPaint es totalmente monocromático.

MacPaint tuvo una serie de propuestas nuevas y fascinantes que ya hace 25 años lo hicieron mejor que el Paint de Windows actual.

Bill tardó bastante en buscar un sistema de relleno de color (o trama) satisfactorio. Su ambición era crear algo rápido y agradable a la vista a la vez. Al final encontró un sistema casi instantáneo.

Con la selección de objetos también tuvo serias complicaciones. Hasta ese momento no había un modo claro para que el usuario viera qué porción de la imagen había seleccionado. Lo normal era ver la selección invertida, pero el efecto no resultaba tan intuitivo como Bill quería que fuera. Un día, tomándose una cerveza, vio un cuadro chino con unas cataratas y un efecto de falso movimiento hecho con luces. La idea surgió instantáneamente: Crear un contorno intermitente. En una imagen estática, algo intermitente se vería con perfecta claridad. Y para ello usó un patrón de barras diagonales, por lo que el uso de memoria era mínimo. Ese sistema también sirvió para que la nueva herramienta de lazo pudiera mostrar contornos complejos seleccionados a mano alzada.

Un problema de visualización le sirvió para matar dos pájaros de un tiro. Los ordenadores de los primeros 80 no eran lo suficientemente rápidos como para ver fluidamente una selección cuando se mueve de un sitio a otro. Para evitar el molesto parpadeo que provocaba, decidió crear un buffer oculto que tuviera la información completa de la imagen. Así, el cambio se generaba primero en el buffer y luego se veía de manera fluida. El segundo pájaro resultó ser revolucionario: Ese buffer sirvió también para dar un uso extremadamente limpio a una herramienta que acababa de nacer: La función "deshacer".

Para realzar la complejidad de los resultados, se le ocurrió implementar una brocha con distintos grosores y un spray. Ambos podían pintar blanco, negro, o los patrones que vemos en el menú inferior. Los círculos y los cuadrados se creaban con el curioso método de arrastrar el ratón de un sitio a otro. A la hora de crear líneas rectas, dio la opción en el menú de línea, polígonos y brocha de que salieran rectas verticales, horizontales y diagonales si a la vez se pulsaba la mayúscula. Y la de que se cerraran al hacer doble clic, si se activaba la opción.

La imagen que se ve en pantalla no muestra la pantalla completa, que tenía el formato de un folio. Su resolución era la máxima que los macs del 84 podían permitir, la mágica resolución de 576x720 píxeles. Existían varios métodos para ver el resto de la imagen. Eligiendo la herramienta de la mano se podía ir arrastrando la zona visible. O se podía dar a "mostrar página" para ver una versión reducida de otro el proyecto. Para los trabajos detallados, incluyó una ingeniosa opción de zoom que mostraba los píxeles ampliados y en una esquina esos mismos píxeles en tamaño real para ver ambas cosas a la vez.

Bill Atkinson hizo la programación ÍNTEGRA de la primera versión de MacPaint, que incluyó todo lo que he mencionado.

Ocupaba 50 kb, por lo que no requería disco duro: podía incluirse en un disquette que tuviera también los archivos con los que trabajar. Como venía de serie, podían hacerse tantas copias del disquette original como fueran necesarias. Fue el primer programa de amplia difusión en el que se podía ver exactamente qué cambios se hacían en los dibujos.

En una conferencia le preguntaron a Steve Jobs cuánto trabajo humano había detrás de MacPaint. Él le trasladó la pregunta a Bill, que dijo "cuatro años intermitentes". Steve Jobs tradujo: "Un año intermitente de Atkinson es como seis años completos de una persona normal, así que detrás de MacPaint hay 24 años de dura dedicación."

Hay una herramienta en la que Bill trabajó mucho para MacPaint. Cuando un usuario escribía un texto, luego no podía editarlo porque se quedaba en forma de píxeles. Él diseñó un detector que encontrara el texto fijándose en la forma de las letras, que permitiera su edición posterior. Funcionaba perfectamente, siempre que las letras no tuvieran píxeles cambiados. Sin embargo, en el último momento, decidió no implementarlo. Le parecía que la gente dejaría de usar el programa como un buen editor de imágenes para utilizarlo como un mal editor de texto, y eso era cosa del otro gran acierto de aquel momento, MacWrite. Así, una función desestimada para un programa de dibujo se convirtió en el antecesor inmediato de los OCR para textos que utilizan hoy en día todos los escáneres del mundo que transcriben documentos, periódicos y libros con un solo clic.

Posteriormente, Bill comenzó a trabajar en Hypercard. Hipercard fue el primer sistema de hipertexto que se extendió de manera masiva. También gratuito, daba la opción de crear lo que denominaban un mazo de tarjetas. Cada tarjeta ocupaba una pantalla completa y podían meterse cuadros de texto, dibujos (con herramientas más avanzadas que MacPaint) y botones que enlazaran con otras cartas. Para que el usuario supiera que estaba encima de un enlace, Bill decidió que el cursor debía cambiar de forma.
Concretamente a ésta:

Hypercard fue el precursor de Power Point, con muchas más funciones. Dibujar en la pantalla o añadir imágenes externas lo hacían todo mucho más sencillo. Los cuadros de texto podían fijarse, de modo que el continente se mantuviera constante y el contenido cambiara según la tarjeta, para por ejemplo preservar el layout de un listín telefónico y cambiar los nombres según la ficha en cuestión. Un cambio en el layout actualizaba automáticamente todas las tarjetas. Los botones no sólo servían de enlaces, también se podían programar con un lenguaje sencillo en extremo: coloca la primera palabra de la tercera línea en negrita o dibuja un cuadrado de 50 píxeles de ancho y escribe en él '¡Hola!'

Tengo la firme convicción de que si Apple hubiera mantenido su racha de buenas decisiones en los años siguientes, hoy Hypercard sería un estándar en internet, como podía haberlo sido MacPaint en lugar de Photoshop. Hypercard inspiró el código html por un lado y el lenguaje javascript por otro. El primer wiki se programó en él. La primera versión de Myst también. Quicktime nació como parte del entorno multimedia que ofrecía. Gracias a Hypercard saqué un 10 en biología dos veces.

Tras inmensas contribuciones en el mundo de la imagen informática, Bill Atkinson se retiró de la programación para trasladar sus conocimientos al arte. Ahora se dedica profesionalmente a fotografíar la naturaleza y a disfrutar con ello a través de toda la tecnología que él mismo ha creado.

EDITADO: ¿Quieres verlo con tus propios ojos a través de una descarga de dudosa legalidad? Aquí la tienes. Descomprime los tres archivos en una carpeta. Ejecuta el programa y dale a File/Open Disk Image. Abre el archivo .dsk y arrancará como si fuera un Mac antiguo. Luego haz doble clic en el icono de MacPaint o en el de Leeme, que tiene un par de consejos. Un consejo: Antes de cargar el dsk mantén la letra control pulsada mientras le das a S y luego a Z. Eso hará que la emulación vaya a la velocidad original.

1 de noviembre de 2006

Poder mediático adolescente

Haciendo una selección forzosa de todas aquellas pertenencias de mi vida que quiero conservar, me he topado con mi primera incursión en los medios. Bueno, como incursión es bastante dudosa, y el medio como tal también. Pero le tengo bastante cariño al asunto. Corrían los 90 y por entonces los videojuegos me importaban. Compré un montón de Hobby Consolas, luego ¿crecí? y me pasé a la Micromanía, y a la PC Manía. Cuánto dinero desperdiciado. Cuántos cds de demos que no sabía dónde leches meter.

Contacté con Micromanía un par de veces. Durante la época en la que los cds grabables empezaban a ser el privilegio de unos pocos que empezaban a hacer su agosto, yo escribí una carta que creía inocente, pero allá por enero del 98 acabó estando en una sección llamada ¿Qué he hecho yo para merecer esto?



Ahora me hacen gracia varias cosas: La SGAE sigue utilizando la misma política, aquella que David Bravo contradijo contundentemente diciendo "Si me bajo de internet el archivo 6000libros.zip hago perder a las editoriales dos billones de pesetas?". Una de las empresas de las que hago mención cambió su política al poco tiempo y la otra quebró. También recuerdo que existía una frase más. No conservo la carta original, pero hacía referencia a que las revistas podrían regalar juegos, como había hecho poco antes la revista rival Computer Gaming World con Simon the Sorcerer. En Hobbypress decidieron ahorrarse ese remate y tratar el resto como un pensamiento polémico.

Claro, cuando un pipiolo ve una carta suya publicada, le entran ganas de repetir. Debido a mi afición a las aventuras gráficas decidí escribir a la sección correspondiente. La gente solía escribir para votar sus aventuras preferidas, para preguntar cuándo iba a salir tal aventura o cómo se solucionaba tal puzzle. El redactor firmaba como "El gran Tarkilmar". Yo escribí cuando acababa de pasarme The Curse of Monkey Island (juego que compré, dicho sea de paso, me bastó con dejar de comprar revistas durante unos meses). Había en él un guiño a los seguidores de la saga. Si tirabas de una raíz en una cripta aparecías de golpe en una pantalla del Monkey Island 1. Era un chiste muy accesible, bastaba con hacer clic con el ratón en un sitio en el que ya había que hacer clic muchas veces sin andar buscando nada. Cualquiera que intentara pasarse el juego iba a encontrárselo. Pero el tal Tarkilmar, en un momento en el que no tenía muchas cosas que contar, arruinó la sorpresa poniendo una captura de esa pantalla preguntando quién era capaz de imitar su mérito. Se lo reproché en mi carta. En el número de mayo del 98 me encontré con esto:



Vamos por partes. Para empezar, senté el precedente de llamar TONTO a un redactor y que él lo publicara. Segundo, inauguró una sección con cuatro citas. Una, de un aclamado personaje de aventuras gráficas. Otras dos de Al Lowe y Roberta Williams, que están entre los diseñadores de videojuegos más importantes del mundo. Y la cuarta era MÍA.

Tercero, no entendió lo que le quería decir. Y me consta que se lo estuvo pensando durante mucho tiempo. Y lo sé porque unos meses después inauguró una sección GRACIAS A MI INSULTO, basada en repetir UNA Y OTRA VEZ lo que le reproché:



Está claro que aquí empezó mi declive.