8 de mayo de 2009

Carta abierta a Telemadrid

A todas las cadenas de televisión en general, a Telemadrid en particular y, de rebote, a los responsables del programa 30 minutos, José Manuel Albelda, Carmen Gil, Alberto Alcalá, Javier Tresguerres y otros.

Gracias a la página web El otro lado he podido ver íntegro un documental sobre derechos de autor titulado La guerra de la SGAE. Reproduzco aquí los enlaces:







Se emitió, según tengo entendido, el pasado lunes 21 de abril de 2009, y a partir del minuto 7:19 del primer vídeo reproduce en su totalidad Idea, un cortometraje del que soy autor. No un fragmento. La totalidad, quitando cortinillas. No por su escasa duración debería tener menos importancia desde un punto de vista cultural, dura exactamente 30 segundos, de los cuales hay 2 segundos de cortinillas. Ustedes han emitido los 28 segundos restantes. Y no mencionan ni el título ni a sus autores. La única acreditación que contiene de mi persona o de cualquier otro relacionado con su creación es "Youtube".

¿Youtube? ¿En serio? Acreditar a Youtube es como decir que "Érase un hombre a una nariz pegado" es obra de la Biblioteca Nacional. Ni Francisco de Quevedo ni sus herederos tienen derecho legal a cobrar por un poema de hace 400 años, pero nunca dejará de tener derecho a que su nombre aparezca junto a su obra. Ni siquiera dicen el título de la obra para que alguien pueda entrar en la biblioteca y hacer una consulta.

Si yo, como autor audiovisual, realizara un documental que tocase incluso tangencialmente asuntos relacionados con derechos de autor, tendría extremo cuidado en documentarme sobre lo que son y sobre cómo utilizarlos. Por ejemplo, tomaría nota rápidamente del documento que citan 10 segundos después de mi cortometraje: Existe una diferencia entre el derecho moral y el derecho de explotación. El derecho de explotación puede cederse a un tercero y es el centro de la polémica que ustedes tratan. Sin embargo, el derecho moral es irrenunciable y consensuado en nuestro país: Un autor puede, según el artículo 14, párrafo 3º de la Ley de Propiedad Intelectual, exigir el reconocimiento de su condición de autor de la obra.

Sorprendente, ¿verdad? Reconozco que es un asunto cargado de ironías.

Primera ironía:
He visto el reportaje gracias a Youtube. Y sin embargo quien quiera que lo haya subido, ha reconocido su autoría. Se mantiene el programa íntegro, se mantiene la mosca de Telemadrid y se preservan los créditos finales en el tercer vídeo, gracias a todo ello sé a quién dirigirme con esta carta.

Segunda ironía:
Yo no subí el Idea a Youtube. Lo que hice fue mandarlo a un festival de cortos donde se acompañó de datos técnicos y artísticos. De hecho, su presencia en la web de vídeos podía haberme perjudicado, porque en el festival exigían exclusividad. Cuando les avisé del problema, que otros individuos habían empezado a moverlo por su cuenta, me dijeron que no se pueden poner puertas al campo.

Tercera ironía:
Los propios usuarios de Youtube me acreditan mejor que ustedes: en 10 de las 12 copias del cortometraje que tengo localizadas aparece mi nombre o un enlace a este blog, o a una versión descargable de más calidad en la que aparece acreditado el equipo artístico. Si hubieran dedicado más de un minuto a coleccionar material para su documental, habrían podido dar conmigo y yo habría colaborado encantado, como han hecho "McNolos Producciones", a los que acreditan en cada fotograma de sus obras. Sus obras también están en Youtube. De todas las canciones, vídeos de Youtube, videoclips y programas que aparecen en breves insertos, sólo les acreditan a ellos. No sé si será en agradecimiento por haber prestado declaraciones, pero en mi humilde opinión un derecho irrenunciable no puede formar parte de un trato.

Cuarta ironía:
Si me hubieran llamado o hubiesen contactado con el festival de cortos, habría cedido encantado Idea para este reportaje, o cualquier otra obra de las que dispongo, contribuyendo sin esperar nada a cambio. El derecho a acreditarse es una opción intransferible del autor. Yo puedo decidir si quiero crear una obra anónima, o firmar bajo seudónimo o lo que me dé la gana. Ustedes no.

Quinta ironía:
He dicho antes que no se pueden poner puertas al campo... pero ustedes no son el campo. Ustedes utilizan una señal cedida por el gobierno nacional o regional, es decir, la gente; pagan tasas, compran programas y emiten publicidad. ¿Bajarse una peli por p2p supone ánimo de lucro? Unos dicen que sí, otros dicen que no. Lo que está claro es que 30 segundos de un programa de televisión en nuestro país son siempre negocio. Independientemente de que se trate de una cadena pública o privada, de que el programa haya tenido publicidad. Los directivos de su cadena se levantaron al día siguiente con las audiencias de la parrilla en el móvil. La política sistemática de rellenar con contenidos ajenos está a la orden del día. Lo que en otra época se podía haber considerado un descuido de documentación por parte de los autores del programa, hoy no se les puede achacar a ellos, porque forma parte de la rutina televisiva.


Por todo ello les pido públicamente que se replanteen ustedes, y todos los demás, dejar de utilizar internet como una fuente de contenidos gratuitos de autoría abstracta que redistribuir sin que nadie se lo pida, y sin que a nadie se le agradezca, porque no es así. Ya han visto que dentro del propio internet tampoco ocurre así.


Sé que con esta carta no hago más que ponerme al final de una larga cola, porque ya somos muchos, sólo pido que se respeten los derechos. Y no, no pienso pedir 1/60 del presupuesto del programa por rellenar medio minuto de los 60, ni nada por el estilo, por muy razonable que parezca. Yo comulgo con mucho de lo expresado en el documental y defiendo que se pueda acceder con la mayor libertad posible a todo tipo de contenidos. Es más, reivindico su derecho a citarme a mí o a cualquiera. A mí me basta con que se reconozca la autoría con justicia. Sería muy triste que tuviera que hacerme de la SGAE para reclamar estos derechos, renunciando a otros. ¿O acaso ustedes, como todas las cadenas, no pagan un canon a la SGAE por todas las músicas que utilizan en sus emisiones? Este documental tenía unas cuantas... Lo más irónico de todo es que la SGAE sí que va a sacar dinero con él.



Se han hecho eco Pianista, La tele que me parió, Salvemos Telemadrid y menéame. Algunos me llaman de todo, pero todavía no tengo claro que lo hayan leído entero.